Con la llegada del invierno limeño, los platos de cuchara cobran protagonismo. Y si hay uno que sintetiza el encuentro de culturas entre Italia y Perú, ese es el menestrón peruano, heredero del minestrone italiano, pero adaptado con ingredientes y sabores locales.
Osteria Convivium celebra esta fusión culinaria declarando julio como el mes del menestrón, con una receta especial disponible en carta durante todo el mes.
Además, de su clásico minestrone toscano, por el mes de julio, Osteria Convivium servirá uno de los platos más queridos por todos: el menestrón peruano.

Una historia que viajó en barco
El minestrone, cuyo nombre proviene de “minestra” (sopa), es una receta campesina italiana nacida como una forma de aprovechar los vegetales de estación. No tiene una fórmula única: varía según la región, la estación y la familia.
Su llegada al Perú se remonta a finales del siglo XIX y comienzos del XX, con la inmigración italiana, mayoritariamente genovesa, que se asentó principalmente en Lima, el Callao y el norte del país.
Fue en las cocinas limeñas donde esta sopa se transformó: se volvió más rica en ingredientes, ganó protagonismo la carne de res, se usó queso fresco en lugar de ricotta o pecorino, y el pesto se volvió más herbáceo y suave, adaptado al paladar local.
El resultado es el menestrón peruano, más cercano a un guiso que a una sopa, cremoso y reconfortante. Este plato único, por su contundencia, ya no es solo una herencia: es parte del repertorio nacional desde hace décadas.

La versión de Convivium
Iniciada la temporada de invierno, Miguel Hernández apuesta por la versión más querida por todos los peruanos, pero con su toque personal. Un menestrón en un formato para compartir este invierno.
“La cocina ítalo-peruana no es una fusión forzada, sino una evolución natural que nació en las casas de los inmigrantes italianos en Lima y el Callao”, comenta Miguel Hernández, chef de Osteria Convivium.
“El menestrón peruano es un ejemplo claro: tomó lo mejor del minestrone y lo adaptó a nuestra tierra, nuestros ingredientes, nuestro gusto y nuestra riqueza. En Convivium lo preparamos con ese espíritu: la tradición, pero haciéndola nuestra”, agregó.
En Convivium, el menestrón ítalo-peruano se prepara con carne de pecho cocida por cuatro horas al vacío, pasta corta, papas, zapallo loche, verduras frescas, pesto criollo, queso fresco desmenuzado y parmesano rallado.
“El caldo se cocina por tres horas, luego las verduras se incorporan en tiempos distintos para que estén cocidas a la perfección. Por otro lado, el pesto se elabora con albahaca fresca, nueces y aceite de oliva”, detalla Miguel Hernández.