Aunque la genética influye en la apariencia de la piel, una buena rutina de cuidado puede potenciarse con tratamientos regeneradores que ofrecen resultados sorprendentes sin ser invasivos. En ese sentido, la biorevitalización facial es una excelente alternativa para recuperar las funciones vitales de la piel y combatir los signos del crono y fotoenvejecimiento.
Este procedimiento consiste en aplicar una solución inyectable que combina aminoácidos y ácido hialurónico, esenciales para la formación de nuevo colágeno. De esta manera, se estimula la regeneración de los tejidos, mejorando su textura, reduciendo la profundidad de las arrugas y manteniendo una piel hidratada, tersa y luminosa. “El resultado es un rostro descansado y rejuvenecido”, explica la Dra. Gilda Pérez, especialista del Centro de Medicina Estética de la Clínica Ricardo Palma.
La especialista señala que este tratamiento es ideal para quienes desean prevenir el envejecimiento prematuro, mejorar la apariencia de cicatrices de acné o estrías rojas y unificar el tono de la piel.
Además, puede emplearse como tratamiento previo o complementario antes de procedimientos como el láser, peeling, toxina botulínica o rellenos dérmicos, favoreciendo una recuperación más rápida y prolongando los resultados.
“La biorevitalización facial es un procedimiento mínimamente invasivo y ambulatorio. Se aplican inyecciones intradérmicas tras colocar una crema anestésica en la zona a tratar, por lo que el paciente no experimenta dolor durante el proceso”, detalla la Dra. Pérez.
Para determinar si un paciente es apto para este procedimiento, es necesario pasar por una consulta médica previa. La edad no es un factor determinante, ya que el envejecimiento cutáneo varía en cada persona. Sin embargo, la aparición de arrugas finas, piel opaca o pérdida de firmeza y elasticidad pueden ser señales de que es momento de iniciar un tratamiento biorevitalizador.



