Es sabido por muchos que nuestra gastronomía es una de las más aclamadas en el mundo. Esto no se podría celebrar sin el arduo trabajo que hacen los responsables de las cocinas que conquistan los paladares de peruanos y extranjeros.
Humberto Sato y Pablo Profumo son dos protagonistas de la escena culinaria en nuestro país. El primero, considerado como uno de los referentes de la cocina nikkei, mientras que Profumo es uno de los grandes maestros de las parrillas.
En la previa al Día del Padre, conoceremos un poco más de estos expertos que engalanan las mesas con su talento y que ayudan a que el nombre de la gastronomía peruana siga en lo más alto.

Humberto Sato
Desde su restaurante, Costanera 700, lleva la fusión japonesa-peruana por lo alto y a otro nivel. Humberto Sato (Padre) catalogado como el «Padre de la cocina Nikkei en el Perú». Fue pionero en unir ambas culturas, hace 34 años, ensambladas en deliciosos platillos que presidentes, altos funcionarios, socialites y amantes de la alta cocina disfrutan.
«Orgulloso de mis orígenes, mi Padre supo trasmitir aquellas recetas ancestrales japonesas con la riqueza y variada cocina peruana, pasión que aprendí desde mi niñez y que hoy intento mantener ese legado en honor a mi Padre y mi descendencia», nos dice Humberto.
Costanera 700 está ubicado en Jr. Manuel Tovar 179, Miraflores.

Pablo Profumo
Su restaurante, El Parrillón, símbolo de la idiosincrasia Uruguaya y el calor de las carnes a las brasas desde que abrió sus puertas en el 2001. Pablo Profumo llegó a Lima en el año 1991 con el anhelo de volcar toda su experiencia parrillera rioplatense en Lima.
Su atención personalizada y dirección detrás del cañón, ha convertido ese sueño en un espacio donde sus visitantes, amantes de la buena parrilla, deportistas, y personajes de la farándula se deleitan en la famosa esquina parrillera miraflorina ubicada en Av. 28 de Julio con Grimaldo del Solar.
«El poder dejar un legado a mis hijos Enzo y Gonzalo, quienes están comprometidos con seguir este sueño, me llena de orgullo y sobretodo devolviendo ese inmenso amor por el Perú, mi segunda patria», comenta Pablo.