Mafer Torero – Directora de Monday PR
En la era de la información, el público está cada vez más saturado de contenido, lo que representa un reto significativo para las marcas que desean captar y mantener la atención de sus audiencias. En este contexto, el storytelling (el arte de contar historias) emerge como una herramienta poderosa y esencial en las estrategias de relaciones públicas.
Las historias tienen la capacidad de resonar emocionalmente, de conectar a nivel humano y de convertir lo complejo en algo comprensible y memorable. En lugar de limitarse a transmitir datos y hechos, el storytelling permite a las marcas construir narrativas auténticas que las audiencias pueden recordar y con las que pueden identificarse.
El storytelling se centra en transmitir el propósito y los valores de una marca de una forma genuina. En lugar de preguntar “¿Qué vendemos?”, la narrativa en PR plantea preguntas más profundas: “¿Quiénes somos?” y “¿Qué impacto queremos dejar en el mundo?”. Las historias bien construidas tienen el poder de forjar una conexión emocional. Al hacerlo, se crea un vínculo de confianza, y esa confianza es lo que impulsa la lealtad de los consumidores.
El storytelling también permite humanizar a las marcas, lo cual es vital en un entorno donde el público demanda transparencia y autenticidad. Ya no basta con afirmar que una empresa “se preocupa por el medio ambiente” o “apoya la diversidad”. Ahora, las marcas necesitan demostrarlo a través de historias reales y compromisos tangibles.
Un buen ejemplo es la manera en que ciertas compañías de moda sustentable cuentan las historias de los artesanos que elaboran sus productos o cómo las empresas de tecnología describen el impacto positivo que sus innovaciones han tenido en comunidades vulnerables. A través de estas historias, las marcas muestran, en lugar de solo decir, sus valores y su compromiso, convirtiendo a los consumidores en testigos de su propósito.
Sin embargo, el storytelling no es solo una tendencia en PR; es una habilidad que requiere creatividad y empatía. No se trata de inventar una historia, sino de descubrir y narrar aquellas historias que ya existen dentro de la marca, alineando los mensajes con la identidad y los valores de la empresa.
Es en esta transparencia donde radica la diferencia entre una narrativa auténtica y un discurso vacío. Las audiencias actuales son increíblemente perceptivas y pueden detectar rápidamente cuándo una historia es sincera y cuándo no lo es. Para el PR, este es un gran reto, pues implica un equilibrio entre comunicar mensajes atractivos y mantener una honestidad que genere confianza.
El storytelling es el nuevo pilar del PR porque va más allá de informar, invita a las personas a ser parte de la historia de la marca. En un mundo saturado de mensajes, las historias auténticas y bien contadas se han convertido en la mejor herramienta para sobresalir y, sobre todo, para construir relaciones duraderas. Al fin y al cabo, eso es lo que define el éxito en las relaciones públicas: la capacidad de conectar con el otro, de construir confianza y de crear una narrativa que las personas quieran seguir escuchando.