Escribe: Michael Livia | IG: @michaellivia_
Jhovan Tomasevich debe ser uno de los pocos artistas en el país a los que se le puede denominar ‘Rockstar’. Su presencia sobre el escenario, su gran cantidad de seguidores y el nombre que logró hacerse en el escenario musical, hacen de él un miembro de ese grupo especial de artistas que brillan en este género.
Esto quedó demostrado durante los últimos meses en los que la pandemia golpeó duro a la industria, pues tanto él como la banda lograron acercarse más a su público y abrirse un espacio donde pocos han tenido la chance de conectar con sus seguidores -al menos de forma efectiva-.
Review conversó con Jhovan, a propósito de la próxima participación de la banda en el Rock’N Love Fest, que se realizará el sábado 12 de febrero en el Anfiteatro del Parque de la Exposición. Aquí te revelamos algunas anécdotas, historias y reflexiones de este cantante y conductor de televisión.
Pocas son las bandas que pudieron darle una vuelta positiva a la cuarentena ¿cómo lo lograron?
Cuando la pandemia empezó, pensamos en ¿qué esperaríamos de la gente que nosotros seguimos? Ahí me surgió la idea de dar clases de canto que mantengo hasta hoy, mientras que con la banda, nos sentamos frente a cámaras y compartimos contenido extra y anécdotas de Zen con los fans. Esto funcionó y nos llevó por esa búsqueda de contenido digital de la banda ¡Nos ayudó mucho! Incluso, respondíamos preguntas a la gente porque nos acercamos mucho al público.
También, nos reconectamos con la gente que nos había perdido el rastro con los años. Hoy, Zen cumple 20 años y parte de la gente que nos seguía desde el inicio tal vez nos había perdido el rastro, por la familia o las responsabilidades.
Digamos que exploraron una fórmula que no aplicaron otros artistas musicales
El público peruano no es muy curioso por saber cómo llegó a salir el disco, saber cuál es la historia detrás, quién compuso el tema y tal. Había una historia dentro de cada material que llamó la atención de los seguidores y hasta hizo que algunos temas vuelvan a sonar.
¿Por ejemplo?
El primer disco de Zen no era un disco oficial, era un disco que se volvió oficial porque la gente lo pidió. El primer disco era artesanal, para nosotros sonaba mal. Teníamos 21 años y solo lo hicimos para buscar que alguien nos apoye.
Además de reinventarse con actividades, también se reinventaron con su música. Como con el dueto con Daniela Darcourt, ¿Cómo nace la idea de juntarse?
Cuando empezaron a abrirse los festivales donde se juntaban bandas de cumbia, rock, salsa, reggae y se divertían harto, ahí empezó a romper esa barrera de género donde se empezó a disfrutar más. Así surgió la idea de juntarnos con otros artistas y cuando trabajé en el Jammin como conductor, empecé a conocer artistas de todos los géneros.
Ya conocía a Daniela y cuando la escuché cantar un tema de Lady Gaga, me quedé con la idea en la cabeza. Más tarde, cuando estábamos trabajando el tema, le comenté al productor que sería genial que su voz esté en el tema. Lo bacán fue que ella aceptó sin dudar cuando se lo propuse.
Por lo visto, son muy abiertos a otros géneros.
No solo musicalmente, sino que también hay mucho cariño. Siempre digo: “Los rockeros envidian la agenda de los cumbieros y los cumbieros envidian la imagen de los rockeros” (risas). Me ha pasado que me topaba con ellos y me decía “Pucha, Jhovan, me gustaría peinarme o vestirme como me da la gana” y yo les decía “A mí me encantaría tener la cantidad de conciertos que tienen ustedes”.
Aunque la reactivación ya está en proceso, hay algunos obstáculos aún por enfrentar ¿Cómo lo están llevando?
La gente que nos sigue ayuda mucho en ese aspecto. Además, hemos apoyado todas las iniciativas y las recomendaciones que nos brinda la ciencia, las mismas que vienen funcionando. Las reprogramaciones, cuando han sido necesarias, nos demostraron ese respaldo del público en respuesta a esa responsabilidad por la salud. Ellos se adaptaron y nos apoyaron organizadamente. Creo que ellos saben que todo lo hacemos por la salud de ellos y de todos, es algo importante para nosotros y para ellos mismos. Apoyo que tal vez no encontramos en otro lado.
¿Han tenido alguna mala experiencia?
Nos ha pasado que hemos pedido espacio al Estado para poder hacer un streaming, en el momento que menos tenemos para generar. Nosotros hemos tocado la puerta de un teatro para hacer una transmisión, no en el teatro, sino en las inmediaciones ¿Qué respuesta recibimos? “Sí, son 15 mil soles”. ¿Te imaginas lo que es esa respuesta de un teatro administrado por el Estado? Justo en el momento en que más apoyo necesitamos. “La ley es la ley, la burocracia”.
Cuéntanos un poco de lo que la gente verá en el Rock’N Love Fest
Una de las cosas que más ha calado en la gente que nos ha seguido han sido los ‘Power Balance’, como Quédate. Son temas que, sobre todo en estas fechas, la gente quiere escuchar. En cada disco que tenemos, tenemos uno, como el que hicimos con Daniela. Nuestro concierto va a ir por ahí, equilibrando el rock con lo romántico para que no sea amelcochado. Además, nos esforzamos en hacer un show que también conquiste por lo visual, siempre cumpliendo con los protocolos.
¿Algún tema que no puede faltar?
Quédate, si no lo tocamos la gente nos rompe el quiosco (risas) es el himno de la banda. Seguro que las nuevas también, pero a la gente le toma un poco asimilar lo nuevo aunque, también nos han sorprendido. Una vez fuimos a Pucallpa, que no es un lugar muy rockero, y nos encantó que se sepan todas canciones, casi nos quedamos sin canciones. Fue uno de los conciertos más ‘pajas’ y divertidos.
