Llegó el calor y la temporada favorita de muchos: El verano. Con ello, inicia un ciclo de experiencias únicas de esta época del año, relacionados al turismo, aventura y, como de costumbre, a la gastronomía.
Y aunque siempre se cree que la mejor opción para esta temporada son los platos marinos, también tenemos otras opciones que calzan perfecto en estas fechas, como son los quesos.
Contrario a lo que muchos creen, estos derivados de los lácteos también son amigables al verano y existen muchas formas de incluirlos en nuestros alimentos. Así nos lo confirma el chef Ignacio Barrios, CEO de Urban Kitchen y embajador de Quesos de Europa.
Pero ¿Cuál es la mejor forma de integrarlos a nuestra alimentación o a nuestras experiencias en esta temporada? Ignacio nos lo cuenta en esta entrevista.
Tipos de quesos para el verano
Para mí el queso es algo que se puede comer todo el año. No discrimino entre comidas ni estaciones, porque finalmente el sabor es el mismo. Considero que más que el tipo de queso de repente lo que tendríamos que evaluar es la combinación de este.
Como los quesos europeos, sobre todos los franceses, son tan versátiles, crear te brindan un sinfín de posibilidades. Por ejemplo, el verano me lleva a pensar en una tabla de quesos y frutas frescas. Quizás podemos ir un paso más allá y hacerlas con frutas típicas del Perú.

Por ejemplo, la pulpa de la Chirimoya es perfecta para acompañar el cremoso Gruyère francés. O el sabor de la lúcuma, que posee notas cítricas ligeras, es una excelente opción para acompañar el suave sabor del Brie. Podríamos maridar esta tabla con vino rosado frio.
Otra buena opción podría ser preparar una fresca y rica ensalada. Por ejemplo, el Bleu d’Auvergne, es ideal para ensaladas que se elaboran con lechugas variadas, espinacas, nueces y frutos deshidratados como arándanos o pasas. Por su parte, el Gouda combina especialmente bien con ensaladas que incluyan pasta, pollo o pavo.
¿Cómo preservarlo?
Para que los quesos no se descompongan rápidamente y no pierdan sus aromas, sabores y texturas hay que guardarlos adecuadamente. Es importante dejar respirar al queso, por lo que guardarlo de manera hermética no es muy recomendable. Sugiero utilizar su envoltura original o papel encerado.
Los quesos se conservan mejor a temperaturas de entre 1 y 7 °C, por lo que un buen lugar para guardarlos es la sección especial para mantequilla y lácteos o el cajón de frutas y verduras.

Sólo recuerda sacarlos al menos unos una hora antes de consumirlo, para que esté a temperatura ambiente, el queso se suavice y puedas percibir todas los sabores y aromas del queso.
El ideal para el gratinado
Para mí, la primera característica a considerar para que un queso gratine es que derrita bien. Hay quesos que por su propia forma de elaborarse o por sus características no derriten de por sí. En cambio, quesos que tienen una textura suave – como el Brie o el Raclette – derriten bien y son ideales para gratinar.
Un segundo punto es el relacionado al sabor. Por eso es importante saber que quiero hacer o que plato voy a preparar para escoger el queso, ya que en algunos casos se busca que el queso se derrita o gratine no solamente para brindarle textura, sino también agregarle sabor.

Muchos de los quesos franceses no solo derriten bien sino tienen un sabor increíble y pueden complementar alguna preparación.
Por ejemplo, podría ser hacer un rocoto relleno y ponerle encima queso Camembert derretido, no solo le dará textura, sino que, gracias a su alta cremosidad y notas de frutos secos, brinda un balance en los sabores dominantes de nuestro tradicional plato arequipeño.