Hay una leyenda urbana que asegura que para los actores es “más difícil hacer reír que hacer llorar”, motivo por el cual son pocos los que se consagran como grandes comediantes y en el Perú, uno de los referentes del teatro de comedia es Christian Ysla quien en una divertida conversa, nos habla sobre la actualidad del humor peruano, los cómicos ambulantes y claro, sus detractores. Que se suba el telón.
Afirma que su vida siempre estará en un escenario donde entrega el todo por el todo pues no solo está presente en diversas obras teatrales, también lo hemos visto en diversas producciones televisivas y hasta en la música gracias a Los Juanelos, aquel conjunto criollo que nos cuenta la realidad social al compás de la guitarra y el cajón.
“Tenemos una ruma de haters alucinante porque a ninguno de Los Juanelos no nos gustan ninguno de los políticos”, confiesa Ysla que, aparte a sus conocidas actividades artísticas, también se desempaña como director teatral de Los Productores, una de las pocas compañías teatrales del país que logra éxitos sobre las tablas.
Review tuvo una amena charla con Ysla quien es uno de los protagonistas de Bull, la obra que estará en la cartelera del teatro Julieta y que nos narrará de una forma muy didáctica todo lo que una persona sufre a causa del bullying dentro del competitivo mundo corporativo donde no importa nada, así sea humillar a tu compañero, con tal de lograr tus objetivos.
“La obra refleja un poco la mediocridad del ser humano, esa necesidad que necesita alguien de bajar al otro para resaltar en cualquier ámbito. Te preocupas más en fastidiar al otro que en mejorar tú mismo”, relata.
¿Crees que la sociedad peruana, en general, es así?
Mira, eso lo viví (y vivo) con Los Juanelos. Si decimos algo del político A nos salen a atacar y si decimos algo del político B, también nos atacan a través de las redes sociales.
¿Habrá algún motivo que lleve a estas personas a atarnos a través de un computador?
En el mundo de la política hay mucho troll dispuesto a atacar a aquellos que opinan en contra de ellos.
¿Te incomodan esos ataques?
Para mí es mejor, porque si más nos dan es porque estamos haciendo un buen trabajo.
En algún momento se dijo que tú o el equipo de Campeonato de Cómicos no estaba de acuerdo con el programa Hablando Huevadas
Antes de todo esto, recuerdo que nos acusaron (a Los Juanelos) de atacarlos. Alguien, creó un meme o una publicación sobre el supuesto ataque y no fue así, lo que salió era una parte de una autocrítica que nos hacíamos del humor, de cómo debe evolucionar y no quedarse en lo mismo de siempre.
¿Cómo es eso?
Así como el ser humano, el humor debe evolucionar –con los nuevos humoristas- y dejar aquellos chistes donde el machismo, homofobia, clasismo, Etc. están presentes. Sabemos que eso es la base del humor peruano, y está bien porque perteneció a una época, pero nosotros debemos mejorarlo porque el humor no es bueno o es malo, simplemente es el reflejo de lo que somos como sociedad.
Entonces, ¿todo va evolucionando de acuerdo al público?
No necesariamente lo que llama mucha gente es espectacular. Como ejemplo está Bud Bunny que está llenando dos estadios (por sus próximos conciertos en Lima), pero a mí, personalmente, no me gusta mucho su música y ojalá no lo lea porque se puede molestar (risas).
¿Existe algún comediante que a ti te llame la atención?
A mí me encanta ‘El Cacash’ porque es confrontativo incluso, cuando habla de política lo hace como cualquier periodista, pero te lo explica clarito. Con su dosis de humor, te cuenta lo que sucede en el país.
Pero también están los cómicos ambulantes que son parte de nuestra cultura y llenan plazas donde se presentan
Años atrás fui convocado por la Municipalidad de Lima para realizar unos talleres para ellos, dirigí una propuesta que me gustó muchísimo y con ella, llegamos a la Fiesta Internacional de Teatro en Calles Abiertas (FITECA) donde, por primera vez se presentó un grupo de teatro callejero. Eso trajo muy buenas noticias.
¿Cómo cuáles?
Ese año (2015), Los Productores me comentan sobre la apertura de un nuevo teatro en Plaza Norte y se me ocurrió hacer una puesta en escena con los cómicos ambulantes como protagonistas. Así nació un campeonato de risa con ellos. Fue espectacular aparte, la gente los quiere.
Conversar con Christian es un analgésico para la vida, pues te transmite calma, pero sobre todo humor. Una pieza clave para sobrellevar el día a día.
