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Mi verano, mi helado

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No hay nadie que se pueda resistir al sabor de los helados. (Foto: Difusión)

Por: Oye Rafo, Comunicador & Foodie

Arrancó el esperado 2022, un año ansiado por todos porque vamos dejando atrás malas experiencias que tuvimos meses atrás y con él, el verano llegó despampanante para reclamar su trono donde podremos disfrutar –hasta el momento- de playas abiertas, calor y, claro, de los deliciosos helados.

Mis veranos de infancia eran más ‘chéveres’ incluso, fueron más calurosos que estos últimos y estaban amenizados por ese sonido chirriante de las cornetas que hacían sonar los heladeros para invitarnos a correr detrás de ellos y así, zambullirnos en su carrito para escoger un sabroso helado. Una experiencia que los ‘peques’ de ahora casi nunca pueden disfrutarla.

Los helados D’Onofrio podrían ser considerados parte de la familia peruana, compartiendo la preferencia con la mazamorra morada, los picarones y el turrón de doña Pepa ¡Claro!, aunque sabemos que su origen es italiano debido a su fundador, Pedro D’Onofrio, un señor bonachón que llegó al Perú en 1887 para buscarle un sitial especial al helado en el almuerzo dominguero familiar y convertirlo en un postre clásico.

Pasaron los años y en la década de 1990, todos los veranos D’Onofrio nos sorprendía con un spot donde no solo nos mostraban sus helados sino, era el encargado de hacernos bailar durante la pausa comercial. Después, perdió su nacionalidad peruana y se convirtió en suizo al ser adoptado por Nestlé, pero bueno, esa ya es otra historia.

Esos helados que llegaban medios “suavecitos”, fueron y son parte de nuestra historia personal pese a que en los últimos años, los heladeros encontraron competencia en las bodegas con congeladoras propias y heladerías que evolucionaron para que terminemos pasando a la era de helados más elaborados (como los artesanales).

En los últimos meses, saborear y embarrarte con un helado pasó de ser un “antojo de mediatarde” a un evento social que te hace desplazar hasta una heladería con amigos, hijos o una cita contigo mismo.

Por otro lado, están los helados internacionales, esos que te dan status como los Häagen-Dazs, que a decir verdades tienen un sabor espacial y suave a diferencia de los helados ‘peruchos’, por algo se venden tanto alrededor del mundo.

Hay un dato curioso en el caso D’Onofrio: mucha gente (y me incluyo), durante mucho tiempo pensó que era la única marca de helados que existía en la industria peruana de helados. Era casi un pecado pensar que podrían existir otras marcas como Artika, una empresa cusqueña que se fundó en 1978 y ahora, terminó siendo uno de los rivales principales de D’Onofrio.

Pero bueno, si buscamos más en el fondo encontraremos que por mucho tiempo pensamos no era verdad. D’Onofrio no fue la única heladería que existía en el país a inicios del siglo XX y el limeñísimo distrito de Magdalena del Mar lo sabe.

Entres sus callecitas que parecen haberse detenido en el tiempo encontramos a Speciale, una heladería artesanal que abrió sus puertas en 1942 gracias a la visión de Rafael Cereguino Porcella, un negociante que vio la oportunidad de satisfacer ese placer de los peruanos por los helados dándonos un producto único, novedoso y rico.

Speciale tiene tantos años en el distrito que cualquier morador lo conoce incluso, podría ser catalogado como un ‘monumento histórico’ al cual decenas de personas llegan para entregarse a sus más exquisitos helados.

Heladerías hay cientos, miles, por todos lados, pero ninguna como Speciale, que sigue intacta en la cuadra 12 del jirón Libertad y que nadie ha podido quitarle su reinado en calidad de helados artesanales.

Estamos en el verano de 2022, suena lejano, hasta medio extraterrestre, junto a una pandemia y unos vaivenes políticos/sociales que nos tienen estresados, pero disfrutar uno de estos helados será como recibir una medicina de buen humor y entre ellos, recomiendo a ‘Magdalena’ un helado irresistible hecho de vainilla y mermelada. Al probarlo, irás a la gloria.

Vamos, despégate del celular y anda a disfrutar de un helado. Goza con cada una de sus cucharadas, vive tu momento junto a él y olvídate del mundo en esta heladería especial y como diría una conocida marca textil: “Se mantiene joven aunque pasen lo años”, pero sobre todo, siéntete niño otra vez ¡Bienvenido verano 2022!

* Las conclusiones y opiniones vertidas en esta columna son propias y de responsabilidad del autor.

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