Taylor Swift recibió el grado de Doctora Honoris Causa por parte de la Universidad de Nueva York, en una ceremonia llevada a cabo en el estadio del equipo de béisbol Yankees, con varias de sus tribunas abarrotadas por los graduados y sus familiares.
Con una túnica púrpura con negro, y birrete sobre la cabeza, la intérprete de “Blanck space” hizo su aparición en la pista atlética, junto con los otros doctores honorarios, quienes fueron precedidos por una banda de gaitas. La emoción de los asistentes se hizo patente, como si se tratara de uno de sus conciertos.
“La última vez que estuve en un estadio de este tamaño, estaba bailando con tacones y usando un leotardo brillante. Este conjunto es mucho más cómodo”, expresó Taylor Swift al inicio de su discurso, que se dio al final de la ceremonia y duró cerca de media hora.
Tras estas palabras, agradeció a las autoridades de la universidad que hicieron posible su nombramiento, así como a los graduados. “Me siento muy orgullosa de compartir este día con mis compañeros homenajeados Susan Hockfield y Félix Matos Rodríguez, quienes me honran con las formas en que han mejorado el mundo con su trabajo”, dijo haciendo referencia a la conocida neurocientífica y al destacado docente puertorriqueño.
Al continuar su discurso, agradeció a sus familiares, por los esfuerzos que hicieron para que se dedique a su carrera. “Sé que se supone que las palabras son lo mío, pero nunca podré agradecer a mis padres y a mi hermano Austin por los sacrificios que hicieron todos los días, para que yo pase de cantar en cafeterías a estar aquí con ustedes hoy día”.
¿Por qué recibió el doctorado honoris causa?
Semanas atrás, se supo que Taylor Swift, de 32 años, recibió el doctorado honoris causa por su carrera musical, durante la que ha vendido más de 100 millones de discos, pero también por su apoyo a las cusas de los derechos de autor, su lucha en contra de la discriminación y violencia de género, así como su apoyo a la ciencia en búsqueda de curas contra el cáncer.
Asimismo, Taylor Swift contó que nunca tuvo la oportunidad de ir a una universidad, aunque siempre lo deseó, y que terminó la secundaria dese casa, desde aeropuertos o en giras, ya que recién iniciaba su carrera.
«Me gustaría agradecer a NYU por convertirme técnicamente, al menos en papel, en doctora. No es el tipo de doctora que querrías tener cerca en caso de una emergencia, a menos que tu emergencia específica fuera que necesitabas desesperadamente escuchar una canción con un gancho pegadizo y una sección de puente intensamente catártica. O si su emergencia fue que necesitaba una persona que pueda nombrar más de cincuenta razas de gatos en un minuto», expresó.
Durante su extenso discurso dio algunos consejos a los graduados. “Parte de crecer y pasar a nuevos capítulos de tu vida se trata de atrapar y soltar. Lo que quiero decir con eso es saber qué cosas guardar y qué cosas liberar. No puedes llevar todas las cosas, todos los rencores”, dijo.
También les recomendó no esconder su entusiasmo, ni aferrarse a sus temores. «Espero que sepan lo orgullosa que estoy de compartir este día con ustedes. Estamos haciendo esto juntos. Así que sigamos bailando como si fuéramos… la clase del 22», dijo al final de su discurso, haciendo referencia a su conocida canción.
