La muerte de Liam Payne, ex integrante de One Direction, ha conmocionado al mundo entero. El cantante británico cayó del tercer piso de un hotel en Argentina y perdió la vida.
Su pérdida ha generado un gran impacto, no solo por haberse tratado de uno de los miembros más destacados de esta boy band, sino por tratarse de un trágico final tras su constante lucha contra la depresión y el alcoholismo tras la separación de la banda.
Tras la separación de One Direction en 2015, y el nacimiento de su hijo Bear -que tuvo con la cantante británica, Cheryl Tweedy– ingresó a rehabilitación para retomar el control de su vida.
El cantante reveló que su alcoholismo comenzó cuando el equipo que estaba a cargo de a la banda, los encerraba en habitaciones de hotel para “garantizar su seguridad” en medio de sus compromisos laborales por la magnitud que adquirió One Direction en el mundo.
“¿Y qué hay allí? ¡Minibar! Entonces yo solo pensaba: ‘Voy a beber yo solo’ y eso se mantuvo conmigo durante muchos años de mi vida”, expresó.
“Desde afuera parecía que podíamos hacer lo que quisiéramos, pero estábamos encerrados. Íbamos del auto al hotel, nos subíamos al escenario para cantar y luego volvíamos al encierro, y cuando eres un adolescente necesitas libertad. Bebí alcohol durante mucho tiempo, pero era la única manera de sacarme la frustración al final del día”, confesó el artista.

Su reciente aislamiento
A inicios de 2023, Liam preocupó a sus fanáticos tras desaparecer de las redes sociales abruptamente donde suele estar activo al promocionar proyectos musicales solistas como su EP Liam Payne (2019) -el cual incluyó sus hits Strip That Down y For You en colaboración con Rita Ora para el soundtrack de 50 Sombras de Grey-, los videoblogs en cuarentena y shows virtuales que brindó cuando el COVID-19 acechaba al mundo.
Al reaparecer en la plataforma, el cantante confesó que había ingresado a un programa de 100 días en rehabilitación para tratar su alcoholismo, ya que no lograba mantener la sobriedad durante largos periodos de tiempo sin ayuda profesional y tras su salida del centro, alcanzó 6 meses sin consumir bebidas alcohólicas.
«Necesitaba tomarme un poco de tiempo, porque ya no me reconocía a mí mismo. No tuve mi teléfono por 100 días y tampoco me conecté con el mundo exterior en absoluto. La parte más difícil fue encender mi celular otra vez. Eso me dio miedo, pero es bueno estar en esta posición, porque ya no necesito esas cosas. La fiesta se terminó», reconoció en ese momento.

Ansiedad y agorafobia
Liam no sólo padeció alcoholismo, sino también ansiedad y agorafobia -es decir, miedo intenso a estar en lugares abiertos o en situaciones de las que quizás sea difícil escapar o no haya ayuda disponible-.
Esto, durante mucho tiempo, no le permitió realizar actividades cotidianas como tomar un café en un restaurante o comprar mercadería en un supermercado.
“Desgraciadamente creo que es algo que le sucede a todo el mundo en esta industria, y tienes que tratar de superarlo lo antes posible. La parte más difícil es cuando te estás preparando para salir, sabiendo que lo más probable, es que alguien te saque una foto allí afuera”, explicó.
Incluso, el ex integrante de One Direction compartió que hubo épocas en su vida en las que «casi nunca salía de su casa” y que existieron días en los que “ni siquiera podía pensar en salir a la calle”.
“Solía tener unos ataques de ansiedad brutales. Me paralizaban, y me quedaba en el coche transpirando, y pensando que simplemente no quería estar ahí», recordó.