Desde el estreno de “The Last of Us”, serie de HBO Max inspirada en el galardonado videojuego de Naughty Dog, teníamos claro que tanto aquellos que conocen la historia como quienes nunca jugaron el título, obtendrían una historia que toque sus emociones para convertirse en su ficción favorita. Muchas escenas se asemejan a lo que vimos en el juego y existen algunas escenas que fueron replanteadas para conectar mejor con la versión que quiere mostrarnos la serie.
Con ese concepto, llegó el capítulo 3, que además de mostrarnos cómo continúa el viaje de Joel y Ellie tras la muerte de Tess, nos presenta a fondo a dos personajes que venían siendo mencionados durante los episodios previos. Se trata de Bill y Frank, aquellos que se encargarían de ayudar a Joel y Tess en su misión.
Aquí tenemos una historia magnífica, en la que el episodio nos muestra desde el contexto en el que veremos el desarrollo del personaje de Bill, hasta el estilo de vida que ya tenía Bill antes del apocalipsis, hasta el motivo que lo lleva a romper con su rutina, con sus miedos y con sus limitaciones.
Para quienes han visto ya el episodio o quienes conocen el juego, la fortaleza construida por Bill tiene mucho más significado que su supervivencia al apocalipsis, representaba su disconformidad con la forma de vivir de la humanidad, con su ética, con su soledad, pero sobre todo -y aquí viene el gran cambio en la historia del personaje respecto al videojuego- por aceptarse como un hombre homosexual.
En ese contexto, llega Frank, una persona que deambulaba buscando un lugar seguro y que cayó en una de las tantas trampas de Bill. Cada elemento de este episodio es una analogía de lo que cada uno de estos hombres ha vivido. Frank no solo atraviesa el encierro de Bill, sino también sus miedos, sus limitaciones, su silencio y su soledad para llegar hasta su corazón. El amor entre estos dos hombres -que no sucede en el videojuego- nos sorprendió gratamente y nos regaló una de las historias románticas más conmovedoras de la televisión.
Creo que queda claro que «The Last of Us» no es una ficción más sobre zombies, sino una historia de seres humanos en un apocalipsis de la humanidad. Nos lleva a conocer por qué quienes prevalecen al fin del mundo quieren vivir, en qué nos convierte un mundo sin orden, en medio del caos y donde la vida no es sencilla en absoluto.
Bill, quien odiaba la humanidad, encuentra el amor, la felicidad y la esperanza en un mundo que odiaba y al que le había perdido la fe desde antes del apocalipsis. Eso lo motivó a disfrutar de lo que él había construido ¿Para qué tener una fortaleza que evite que seas una víctima más sin tener una motivación para vivir? Frank fue esa razón, la misma que lo llevó a tomar la decisión que tomó.
Este episodio fue importante para recordarnos, repito, que no estamos frente a una serie de zombies, que el lado humano será esencial en esta serie, para que veamos la fragilidad de un Joel que desde la muerte de su hija parecía de piedra. Definitivamente, esta serie promete ir mucho más allá de nuestras expectativas. Nosotros estaremos atentos para seguir disfrutando de cada elemento que nos regale.