Escribe: Fabiola Mujica / @fabiolamujica_
Poco a poco, el pole dance se ha ido desmarcando de las referencias a lo inmoral o a lo incorrecto y se ha ido definiendo en el vocabulario de los peruanos como un deporte y un vehículo muy importante del empoderamiento femenino.
Durante los últimos años, quienes nos empezamos a interesar en practicarlo vimos cómo fueron naciendo más escuelas y abriéndose más oportunidades para que mujeres -y, por qué, hombres- nos sumemos a esta retadora aventura.
Y es que, desde que Fawnia Dietrich, la primera mujer en dar clases de pole dance como un deporte y en crear su propia escuela en 1994, miles de mujeres se han encargado de hacer crecer esta ola para darle la popularidad y la nueva identidad que hoy tiene.
“El deporte ha crecido muchísimo, se ha puesto de moda. Aunque la pandemia haya frenado un poco su crecimiento, antes de ello nacieron muchas escuelas. Surgió una gran generación de profesores que precedieron a los pioneros del deporte en Perú”, cuenta Hanna George, profesora de pole dance y medalla de plata del Panamerican Pole Championship 2018.

“El pole es una forma diferente de entrenar, ejercitarse, cuidarse físicamente y, sobre todo, te da un objetivo constante. Lograr una figura que te costó tanto, te permite sentir que puedes lograr otras cosas, metas más allá del deporte, metas de vida”, agrega.
Em-pole-deramiento
Entre los tantos aportes del pole a esta nueva generación, definitivamente tenemos que destacar el empoderamiento que le da a sus deportistas y la fortaleza física y emocional que cada un desarrolla con el entrenamiento.
“La comunidad del pole dance también es muy importante. Son muchas mujeres fuertes y empoderadas que desarrollan una confianza fuerte y única, que buscan compartir esta fortaleza con otras mujeres e, incluso, con chicos que se han sumado al deporte”, nos dice Hannah.
“Rompe con muchos tabúes y creencias que teníamos. Creo que esa imagen o relación del pole con los night clubs se está rompiendo, la gente lo está reconociendo como un deporte y como parte del empoderamiento femenino, aunque goce de sensualidad”, agrega.
Para ella, el pole dance ha logrado una conexión entre la sensualidad y la fortaleza, que ha permitido que las mujeres gocen de su feminidad, mientras desarrollan su poder y confianza en sí mismas.
Tener una disciplina que te permite disfrutar de ti misma, sentirte en confianza con tu cuerpo y te hace aceptar tu feminidad, no debería ser un tabú. Ese es el camino que el pole dance ha iniciado y que, ojalá, muchas mujeres puedan darse la oportunidad de sumarse a esta gran y poderosa comunidad.